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KARAHANTEPE, LA COLINA DE LOS ORÍGENES

Publicado 25/09/2021

Karahantepe. Foto ErhamKarahantepe. Foto ErhamHace unas horas que las autoridades de Turquía han dado a conocer los recientes descubrimientos de Karahantepe, un sitio arqueológico prospectado hace unos años, pero que no había sido excavado en profundidad. Los primeros análisis de los arqueólogos turcos y de varios de sus colegas internacionales le otorgan una importancia similar a la de Gobekli Tepe.

A principios del mes de septiembre recibí una llamada que me alertaba de la presentación de un “gran descubrimiento” arqueológico en la zona de Salinurfa, en el Sureste de la actual Turquía. Cuando se habla de un gran descubrimiento en esa región, crujen los cimientos de la Historia. Estaba claro que la cosa iba en serio. También me adelantaron que la novedad estaba relacionada con Gobekli Tepe y su “universo”. Reconozco que he pasado el mes inquieto, esperando las espectaculares novedades que se han presentado durante las últimas horas.

Karahantepe (la colina o elevación de Karahan) está situada a unos 30 kilómetros de Gobekli Tepe, en la legendaria llanura de Harrán, donde vivió Abraham y donde mordió el polvo el Cónsul Marco Licinio Craso en la Batalla de Carras en el 53 a.C. Karahantepe cobija un recinto religioso y también tiene vestigios de viviendas muy antiguas.

Cuando visitamos la zona, hace ahora dos años, pudimos disfrutar de la inmensa riqueza arqueológica y paisajística de la Mesopotamia. Y de la leche de camella. En esta zona del planeta, en el llamado Creciente Fértil, nació la civilización tal y como la conocemos y por lo que están demostrando las apabullantes pruebas arqueológicas, se inició también el neolítico, o al menos una forma de neolítico en la que la arquitectura y la escultura se presentan ante nuestros ojos con una madurez y perfección que provoca estupor. NUEVAS ESCULTURAS DE KARAHANTEPE. FOTO ERHAM.NUEVAS ESCULTURAS DE KARAHANTEPE. FOTO ERHAM.

El vértigo que produce la cronología del sitio de Karahantepe es similar al de asomarse a un abismo: 9.400 a.C. Estamos hablando de casi doce mil años de antigüedad. En Europa en esa época todavía se vivía en el paleolítico, o al menos en sus momentos finales.

¿Quiere esto decir que las bandas de cazadores recolectores construyeron Gobekli Tepe y su análogo o complementario Karahan Tepe? Puede que sí o puede que ya estemos ante las primeras poblaciones establecidas en un territorio, vinculadas por lazos religiosos a unos recintos que parecen inventados por mentes de novelistas. En el fondo, ahí está el debate. La organización, en 2023, de un Congreso en Salinurfa sobre los albores del Neolítico, parece dar la respuesta.

Los científicos trabajan con esa hipótesis, con la de la neolitización temprana de la región de Salinurfa. Como muchos de vosotros recordaréis, hemos visitado estos y otros yacimientos del Creciente Fértil en los que pudo arrancar el neolítico: hablamos de Kharaysín en Jordania, que presenta viviendas perfectamente terminadas con las mismas o parecidas cronologías a las de Karahantepe, y como no, de Gobekli Tepe.

Los procesos de neolitización, son eso, procesos. Lo interesante de estos primeros asentamientos permanentes es la causa: religiosa. O eso dan a entender los investigadores y las pruebas obtenidas en Gobekli Tepe y Karahan Tepe.

En primer lugar, destacan los recintos, claramente planificados y construidos con una tecnología que permitía desplazar grandes estelas y bloques y alinearlos con la precisión de un reloj. Per se, esto ya es un cambio cualitativo en la Historia de la Humanidad, algo que no se había visto previamente. Contemplando la imagen que abre este artículo, no es raro que se dispare la imaginación. Las especulaciones sobre los ritos o sobre la finalidad de estas construcciones “espirituales”, “rituales” o “sagradas”, irán cerrándose con el paso del tiempo. Estoy convencido de que los investigadores podrán determinar el tipo de recinto y también estoy seguro de que encontrarán restos materiales suficientes que les ayuden a interpretarlo. Los pilares antropomorfos, algunos bicéfalos, y otras piezas y estructuras, como piletas, van dando pistas formales.

De momento, en Karahantepe se habla de baños rituales, de uso de agua. El agua está presente en muchos monumentos de la prehistoria y la protohistoria: el pozo de Menga, los pozos de Cerdeña, la fuente de Tusculum. El agua es una constante por su utilidad y por su fuerza simbólica.

Si se quiere penetrar en el terreno de lo simbólico en Gobekli o en la colección presentada de Karahantepe, se corre el riesgo de perderse en un laberinto. En primer lugar, por la gran cantidad de esculturas, se habla de 300 en el caso de Karahantepe, y después por la presencia alternada, incluso hibridada, de animales y personas.

Cuando vi la gran escultura de Karahantepe de un felino cargado a espaldas de un hombre, o si se quiere ver de un hombre que “emana” del corazón del felino, me quedé con la boca abierta. Hace casi doce mil años, es increíble, no podía creerlo. ¿Qué humanidad era esa? Necesitamos poner el foco en estos yacimientos, son un antes y un después. EL HOMBRE - LEOPARDO. FOTO ERHAMEL HOMBRE - LEOPARDO. FOTO ERHAM

Ex Oriente Lux es un clásico, pero renovado. La constelación de yacimientos que rodea Gobekli Tepe, empezando por Karahantepe, ya ha cambiado la Historia de la Humanidad. Otros lugares como Tasltepe, Kurt Tepes, o Sefertepe ayudarán a consolidar un paradigma que nos obliga a releernos.

Ojalá podamos ver los progresos durante años. Por mi parte, tenéis el compromiso de que Arqueomanía intentará traeros las novedades para la próxima temporada. Es de justicia.

 

Manuel Navarro.

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