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SARDOS

Publicado 10/02/2021

NURAGA DE SANTA CRISTINA. FOTO NAVARRONURAGA DE SANTA CRISTINA. FOTO NAVARRODice Emiliano Bruner que Cerdeña es la única isla del mundo en la que los marineros prefieren ser pastores. Y algo de razón tiene. En Cerdeña parece haber un vórtice que empuja toda mirada hacia el interior: al de la isla y al propio de cada uno. Claro que para eso Bruner me dio un consejo: tomar Zedda Piras frente al mar. Emiliano, paleoneurólogo con alma de vate, también me sopló que allí, en sus bahías, la mar olía a mirto.

Hemos tenido la suerte de pasar unos días rodando material de primer nivel en una isla que resulta capital para comprender la difusión de las personas y de las culturas por el Mediterráneo Occidental. Desde la Prehistoria.

Esta semana se celebra San Valentín, el próximo domingo. Los arqueólogos casi nunca se ponen de acuerdo. Si vieran la huella de un flechazo debatirían sobre la punta de la flecha y sobre su uso ritual o militar. Yo, confieso haber sufrido un flechazo en Cerdeña… Y la punta del venablo era de obsidiana.

En términos taurinos, los toros de capa sarda, los toros sardos, son aquellos que presentan un pelaje negro, rojo y blanco. Son muy escasos. En la actualidad suponen menos de un 1% del total.

Cerdeña tiene algo de genuina, de aislada, de única, pero también de lugar de paso, de crisol, de catalizador. En este mundo de vacíos pandémicos, en el que hay tan poca gente en la T 4 de Barajas como en la A 4 camino de Andalucía, perderse por los mil valles de Cerdeña ha sido un bálsamo. Allí los parajes siempre están tranquilos, apenas se interrumpen sus tonos sostenidos por el deambular de ovejas y perros. Allí la calma es natural, no sobrevenida.

De vez en cuando brota un gigante en una loma: son los nuragas. En España a los nuragas les llamamos las nuragas. Es curioso como una traducción llega a cambiar un género. Y es que la formación y la traducción de palabras siempre tiene una intrahistoria. Como la de Cerdeña. Bueno, la de Cerdeña es más grande. Por si acaso me he traído un libro en sardo, escrito por A., Luca de Martini. Me lo dio Renato, el alcalde de Esterzili, pero eso fue al final del viaje, no adelantemos acontecimientos. Giorgio Murru explicando un detalle de las estelas. Foto NavarroGiorgio Murru explicando un detalle de las estelas. Foto Navarro

Esa gran historia, la de Cerdeña, nos la empezó a contar Giorgio Murru, director del Museo de Laconi (Láconi para ellos). Laconi es un pueblecito de media montaña con un gran palacio de origen español. En su interior puede verse la mejor colección que existe de estelas prehistóricas sardas, desde modelados menhires hasta delicadas tallas de diosas. Todo el pulso original de la isla está en estas piedras talladas. Las estelas de Laconi son el vestigio de la Cerdeña primordial que Giorgio Murru sigue viendo en el eco de las antiquísimas tradiciones de la isla. Giorgio ha escrito sobre la diosa madre, sobre su eterno retorno. Se empeña en seguir la pista en el folclore y las costumbres de este micro universo rodeado de Mediterráneo que es Cerdeña. Por algo será.

 

Federico Porcedda continuó el relato sardo en el Pozo de Santa Vitoria en Serri, una meseta que se asoma a un gran valle agrícola, colmatado de verde cereal; una plataforma natural que tiene a flor de piel un pozo prehistórico en el que el agua fue – sin duda – bendita. A veces hay que seguir la pista del dinero, a decir bien casi siempre, pero la del agua tampoco es mala. Sobre todo, para comprender a los sabios ingenieros y arquitectos de las edades antiguas. Federico Porcedda ha sido clave en nuestro devenir por la isla. Ha sido el Virgilio de nuestra Divina Comedia.

La nuraga y el pozo de Santa Cristina en Paulilatino, permanecen en un bosque de ensueño. La obra hidráulica podría ser un decorado de Stargate. Y es que el pozo de Santa Cristina tiene una escalera tallada flanqueada por un aparejo, que es tan exactamente geométrico y está tan bien cortado y unido que nos sitúa ante la maestría de un grupo de artistas superiores. Arquitectos e ingenieros que supieron edificar los verdes prados con sus ciclópeas fábricas. VISTA DESDE EL INTERIOR DEL POZO DE SANTA CRISTINA. FOTO MARTÍNEZVISTA DESDE EL INTERIOR DEL POZO DE SANTA CRISTINA. FOTO MARTÍNEZ

Y ya todo fue un no parar. Cerdeña es a los monumentos prehistóricos como la biblioteca del Aleph de Borges a los libros. Hay tumbas de gigantes y templos micénicos como el de Orxía; domus y nuragas infinitas en número y dimensión.

La Prehistoria de Cerdeña daría para una rama completa de la arqueología, como pasa con la Egiptología. Los movimientos de poblaciones se pueden comprobar en su registro arqueológico y en sus influencias culturales. ¿Quién no piensa en las Baleares al ver las nuragas y las tumbas de gigante?

Los restos humanos que se excavaron en la Cueva del Toro del Torcal de Antequera, en Málaga, presentan trazos genéticos que los vinculan a Cerdeña y la zona central del Mediterráneo.

Está casi todo por descubrir. Espero que podamos volver.

 

Manuel Navarro

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