* EL PROGRAMA DARÁ COMIENZO SOBRE LAS 20 HORAS
* TRATAREMOS LOS IMPERIOS DE LA EDAD DEL BRONCE
* RODADO EN VARIOS PAÍSES
* REDIFUSIÓN LOS DOMINGOS A LAS 8:45 HORAS
No podemos desdeñar una hipótesis que cada vez consideran apropiada más investigadores: el fin de los primeros imperios de la Historia fue el fin de la primera globalización. ¿Os suena? Quizás, ahora vivamos una ola milenarista provocada por la COVID-19, pero tenemos que tener claro que el mundo, las sociedades humanas organizadas de forma muy compleja, ha tenido grandes crisis. Momentos de incertidumbre que han supuesto profundos cambios en el escenario. Así sucedió con la caída del Imperio Romano de Occidente.
Pero ya había sucedido antes. Cuando el meridiano del mundo eran el Oriente del Mediterráneo y el Creciente Fértil, cuando pueblos legendarios como Mittani, Hatussa, Egipto o Ur se repartían el pastel comercial, cuando los primeros grandes barcos navegaban con sus bodegas cargadas de lingotes de cobre y gemas exquisitas, cuando la escritura empezó a florecer en formas pulcras y pictóricas, allá por la mitad del segundo milenio antes de Cristo, se produjo un crack.
¿Quién puede olvidar Troya? Quizás esta guerra, más que ninguna otra, ejemplifique el cambio de un orden a otro.
Los grandes imperios se forjaron gracias a factores complejos: mejoraron la alimentación y la tecnología, apareció la escritura, el mundo de las creencias se fue alambicando y sobre todo, se extendió el comercio. Comenzaron los impuestos y las leyes contra los defraudadores y se crearon grandes mitos fundacionales.
La navegación fue clave en todo el proceso, la marítima y la de los grandes ríos. Tebas no hubiera alcanzado su esplendor ni Menfis vivido su gloria sin el Nilo.
El Éufrates y el Tigris fueron arterias vitales para el Creciente Fértil. La agricultura y el transporte crecieron exponencialmente a lo largo de sus riberas. Así hemos tenido la fortuna de contrastarlo, tanto en el Nilo con en Mesopotamia.
El próximo programa se encargará de mostraros el esplendor de estas grandes civilizaciones, poniendo el foco una de ellas: los Hititas. Grandes desconocidos hasta la mitad del siglo XX, constituyen en la actualidad uno de los grandes retos para la arqueología moderna. La contemplación de Hatussa, con sus grandes puertas, no os dejará indiferentes.
Hatussa, Yazilikaya o Alaça Hoyuk son escenarios inigualables para comprender cómo se forjaron los primeros grandes imperios de la Antigüedad. Junto a otros lugares como Luxor, Monte Nemrud o Harrán, configuran el espacio de un capítulo que trata de explicar la génesis de los primeros imperios del mundo mediterráneo.
Pero no sólo hablaremos del principio, sino también del final: las llamadas “Gentes o pueblos del mar” pondrán colofón a un capítulo que aborda la primera globalización de la Historia.
Esperamos que resulte de vuestro agrado.
Manuel Navarro