Reconozco que hay pocas piezas en la prehistoria de la Península Ibérica que me causen el impacto que produce el puñal, espada o daga de Valencina. Una hoja de cristal de roca realizada con una tecnología metalúrgica aplicada a un filo de cristal.
Además de su originalidad, esta daga tiene el valor de haber sido "redescubierta" desde el análisis de las piezas de la excavación del PP4 y Montelirio custodiadas en el Museo Arqueológico de Sevilla. Con sólo mirarla, las preguntas nos golpean. Su empuñadura y su funda de marfil asiático fueron descubiertos estudiando piezas dentro del museo, tiempo después de su excavación.
Traigo todo esto a colación porque los procesos científicos son cada día más importantes en la obtención de información sobre el pasado. De información material. A día de hoy, no solo podemos ver la daga, también podemos conocer datos filogenéticos de sus propietarios.
El domingo pasado fuimos advertidos de la presencia en Sevilla del investigador Wolfang Haak, eminente arqueogenetista del Instituto Max Planck. El Profesor García Sanjuán, habitual para los seguidores de Arqueomanía, nos avisó de la realización de una toma de muestras genéticas en los restos humanos del Tholos de Montelirio.
El lunes por la mañana pedimos autorización a la directora del Museo Arqueológico de Sevilla, María Soledad Gil de los Reyes, quien tuvo a bien darnos el plácet para poder rodar el martes, por lo que le damos el mayor de nuestros agradecimientos. Da gusto ver - lo que suele pasar en España - como los responsables de las instituciones tienen cada día más presente el valor de socializar el conocimiento y la investigación.
La mañana en Sevilla era muy agradable, a pesar de las advertencias de la ola de calor y a eso de las diez llegábamos a las instalaciones del Paseo de la Palmera. El Museo de Sevilla es un lugar especial para todos nosotros, y no solo por el valor de sus colecciones, sino porque hemos trabajado allí en innumerables ocasiones. Ojalá pueda ser acometida su restauración pronto, es uno de los museos arqueológicos más importantes de España y merece el esfuerzo por restaurarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos. Valencina, Tartessos, Trajano y Adriano lo reclaman.
En la primera planta encontramos al equipo del Profesor García Sanjuán en plena actividad: por una parte los genetistas, por otra los expertos en materiales. Podría decirse que los restos de Valencina estaban en pleno estudio arqueométrico, en pleno análisis científico.
Se espera encontrar material genético suficiente para saber la filiación de las ¿mujeres? depositadas en la cámara principal de Montelirio. Y mucho más...
Hay que tener paciencia para esperar las publicaciones científicas. Es duro, en primer lugar para los propios investigadores. A fin de cuentas, nosotros únicamente queremos contarlo. Pero si os podemos adelantar que se están generando - necesariamente - nuevas mecánicas de investigación. El peso de los resultados de los análisis genéticos tiene mucho que ver en el asunto. Es necesario casar la investigación puramente arqueológica con la biológica. Se debe extraer información veraz y eso exige contextos. El trabajo de equipos multidisciplinares es más necesario que nunca.
Los mortales contadores de historias tendremos las orejas tiesas y soñaremos mirando el cielo cálido de las noches de verano. Hay cosas que nunca cambian:
Manuel Navarro